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Las tradicionales casas mayas, construidas con huano, bajareque y piedra, no son solo refugio del sol y la lluvia: son memoria viva de la sabiduría ancestral.
Estas viviendas, frescas y resistentes, fueron hogar de nuestros abuelos y siguen siendo símbolo de identidad y arraigo en las comunidades yucatecas.
Hoy, aunque conviven con construcciones modernas, siguen recordándonos la armonía entre el ser humano y la naturaleza que practicaban nuestros ancestros.
