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Como es tradición durante la Sede Vacante, esta mañana en el Aula Sinodal se anularon el Anillo del Pescador y el Sello de Plomo del Papa Francisco, en presencia del Camarlengo de la Santa Iglesia Romana y del Colegio Cardenalicio.
Es un rito que marca el final de un pontificado y la espera del siguiente que inicia mañana con el Cónclave, donde antes todos los eclesiásticos como los laicos destinados al Cónclave, aprobados y según la Constitución Apostólica “Universi Dominici Gregis” n. 48, suscribieron, el juramento previsto en la Capilla Paulina, Tercera Logia del Palacio Apostólico.
El secreto es absoluto: nada de grabaciones, ni de audio, ni de video. Cualquier intento de romper esta confidencialidad se castiga con la excomunión automática (latae sententiae), impuesta directamente por la Santa Sede.
“Yo N. N. prometo y juro observar el secreto absoluto con quien no forme parte del Colegio de los Cardenales electores, y esto perpetuamente, a menos que reciba especiales facultades dadas expresamente por el nuevo Pontífice elegido o por sus Sucesores, acerca de todo lo que atañe directa o indirectamente a las votaciones y a los escrutinios para la elección del Sumo Pontífice”.
Foto Vatican Media